Los beneficios federales por desempleo tienen los días contados, pero algunos estados han acelerado su desaparición. El pasado fin de semana caducaron en ocho entidades gobernadas por republicanos: Alabama, Wyoming, Dakota del Norte, Nebraska, Indiana, Idaho, New Hampshire y West Virginia. Esta decisión afectó a 400 000 personas.
Pero no solo los gobernadores buscan impulsar el empleo, en las calles mucha gente está de acuerdo con esta decisión. Miles se acogieron a ese beneficio, pese a que podrían conseguir un empleo porque trabajo sí hay, afirman.
Según varios expertos, esta decisión de los gobiernos de retirar los beneficios de desempleo es correcta. Esto impulsará a las personas a reincorporarse al mercado laboral, particularmente a los jóvenes.
Antes de finalizar el mes de junio, 10 estados más se unirán a esta lista: Montana, Utah, Dakota del Sur, Oklahoma, Arkansas, Ohio, Georgia, Carolina del Sur, Texas y Florida. Para muchos, volver al trabajo tras la pandemia de COVID-19 implicará ‘reinventarse’ y, quizás, capacitarse para un nuevo oficio o carrera.